Uno de los directores de cine más importantes e innovadores del cine de no-ficción en Europa, José Luis Guerín (1960-) ocupa un lugar especial en la dinámica (y hasta hoy poco valorada) historia del cine catalán. Un director admirablemente original y profesor en la Universitat Pompeu Fabra, Guerín aporta otro dinamismo y un giro experimental al cine catalán y español. Junto a su colega Joaquím Jordà, documentalista radical, Guerín ha convertido el Programa Documental del Pomeu Fabra en uno de los centros de trabajo experimental de no-ficcion más importantes en Europa, además de estimular una nueva generación de directores de cine, como Mercedes Alvarez («El cielo gira»).
Sus filmes desconciertan a propósito narrativas y documentales convencionales, y descubren, en el proceso, profundos hilos narrativos entrelazados en el mosaico de temas, muy reales, que dan lugar a misterios sin solución, que sin embargo dejan al espectador muy satisfecho. Sus obras maestras como la radical «Tren de sombras» y el triunfo más reciente «En la ciudad de Sylvia» poseen una calidad meditativa y profundamente cerebral sin ser demasiado intelectual y manipulan la narrativa, el sonido y el espacio de una manera sofisticada y juguetona en su experimentación que recuerda a Chris Marker y Raul Ruiz. Un cinéfilo desde la infancia y durante la dictadura de Franco, cuando tener acceso al cine internacional era casi imposible. Guerín reconoce que sus películas deben mucho a los maestros a los que estudiaba durante su «educación» en la Filmoteca de Barcelona – no solamente directores como John Ford, Howard Hawks y los hermanos Lumière, quienes son citados y mencionados en los filmes de Guerín, sino también con los que compartía una amistad, como Bresson, Ruiz y Philippe Garrel. Al igual que en los de Pedro Costa, los filmes de Guerín captan tropos del clasicismo cinematográfico del mundo real y descubren y reinventan, por ejemplo, la simetría Hawksiana entre amigos en las calles de Barcelona en «En construcción» o refinan la toma larga y paciente de los hermanos Lumière en «En la ciudad de Sylvia».
Obsesionado con las cualidades fundamentalmente cinematográficas del viaje y el movimiento, sus filmes inician un viaje de descubrimiento de un lugar «desconocido» en el espectador, como la búsqueda evocativa del «Innisfree» de John Ford en su filme epónimo. Sus películas ambulantes y maravillosamente curiosas crean un modo singular del cine que se regodea en una belleza visual y sensorial, a la vez que experimentan con audacia diferentes estructuras narrativas y entremezclan de modo provocador el documental y la ficción, la memoria y el deseo.
As one of Europe’s most influential and innovative non-fiction filmmakers, José Luis Guerín (1960–) occupies a unique place in the vibrant and still largely underappreciated history of Catalan cinema. A brilliantly original director and a professor at Barcelona’s prestigious Universitat Pompeu Fabra, Guerín has brought a new dynamism and experimental spirit into Catalan and Spanish cinema. Together with his colleague, the radical documentarian Joaquim Jordà, Guerín has transformed the Documentary Program at Pomeu Fabra into one of Europe’s most important centers for experimental non-fiction work and inspired a new generation of young filmmakers, such as Mercedes Alvarez (El Cielo Gira).
Guerín’s films purposefully confound narrative and documentary traditions, discovering rich narrative threads woven into the tapestries of his real life subjects and unraveling mysteries without solutions that nevertheless leave the viewer deeply satisfied. Guerín’s masterworks such as the radical Tren de sombras and his most recent triumph En la ciudad de Sylvia possess a meditative and deeply cerebral quality without being overly intellectual, manipulating narrative, sound and off-screen space with a sophisticated sense of playful experimentation reminiscent of both Chris Marker and Raul Ruiz. An omnivorous cinephile since his childhood during Franco’s regime, when foreign films were extremely difficult to see, Guerín openly acknowledges the profound debt owed by his films to those masters who he so carefully studied during his «education» at Barcelona’s Filmoteca – not only directors such as John Ford, Howard Hawks and the Lumière Brothers, who are quoted and referenced throughout Guerín’s films, but also those who Guerín boldly sought out and befriended such as Bresson, Ruiz and Philippe Garrel. Like the films of Pedro Costa, Guerín’s films capture tropes of cinematic classicism embedded in the real world, discovering and reinventing, for example, the Hawksian symmetry between friends on the streets of Barcelona in En construcción or refining the patient Lumière long take used throughout En la ciudad de Sylvia.
Obsessed with the essentially cinematic qualities of travel and motion, Guerín’s films lead the viewer on a voyage of discovery to a «foreign» place, such as his evocative search for John Ford’s Innisfree in his eponymous film. Together Guerín’s peripatetic and wonderfully curious films create a singular mode of cinema that revels in visual and sensual beauty even as it boldly experiments with narrative structures and provocatively intermingles documentary and fiction, memory and desire.
Source: http://hcl.harvard.edu/hfa/films/2008janfeb/guerin.html
Other Resources
⬅︎ Back to Home